Nuestra mente esta programada para catalogar, etiquetar y clasificar con base en la información que ya poseemos. Lo hace para que nuestra energía pueda dirigirse en otras actividades. Por lo tanto siempre poseemos un punto de vista que consciente o inconscientemente se ha elegido. Un simple punto de vista, desde donde elegimos posicionarnos que no es la realidad. Me parece importante hoy recordar que muchas filosofías y prácticas recomiendan crear el hábito diario de limpiar y eliminar cualquier identificación con puntos de vista, ideas, y expectativas.

Nuestros objetivos, anhelos y las creencias que conscientemente adoptamos; nos hacen generar una expectativa del resultado y juicios respecto a nosotros mismos interrumpiendo nuestra coherencia. Por otra parte, todo aquello que no deseamos, nos produce miedo o queremos evitar toma nuestra energía y atención de forma inconsciente y con ello atraemos más de eso. Por ello, la importancia de aprehender a estar en la neutralidad, de observar nuestros pensamientos, aceptarlos y amarlos incondicionalmente. Aceptar quienes somos y lo que somos en este momento sin juicios.

Ya sea que practiques el ho’oponopono -perdón, lo siento, te amo, gracias-; utilices la llama violeta, frases de sanación, visualices la energía y de forma consciente la liberes o cualquier otra forma de limpieza. Lo importante es el iniciar ese proceso de cuestionar el punto de vista, la idea, la expectativa y el miedo; para permitirte reconocer que es solo eso un pensamiento que se ha elegido o adquirido y que tu puedes elegir abrazarlo y no darle mas atención para abrirte a las posibilidades infinitas de todo aquello con lo que aún no has pensado.

Se trata de recordar que eres mucho más que tus pensamientos, creencias y puntos de vista; que tu ya lo tienes todo dentro de ti y que solo se requiere un momento, este momento para aceptarte tal y como eres. Así que hoy te recomiendo iniciar el hábito e incorporar conscientemente prácticas que te permitan soltar y liberar. Estar en la neutralidad, reconocer que todo es un punto de vista y que tu eres mucho más que eso. Permitirte estar en coherencia con la fuente.