Nada en la vida sucede por casualidad. Tu eres quien crea tu vida y consciente o inconscientemente las personas, circunstancias, objetos o experiencias que llegan a tu vida están ahí porque las estas atrayendo. Carl Jung creo este concepto para referirse a dos sucesos vinculados, pero en el que uno no es la causa de otro; es una coincidencia en el espacio tiempo de dos sucesos relacionados significativamente. Cada uno de estos sucesos tiene una causa propia, no son causa y efecto o dicho de otra forma provienen de una cadena de hechos ajena al otro. En el origen tu capacidad de atracción es la causa. Si no lo has atraído conscientemente, es momento de que revises que programación o hábitos están en tu inconsciente.

Aún recuerdo las historias del 11 de septiembre; las personas que salvaron su vida por obstáculos en el camino a su trabajo. Al principio se irritaron, enojaron y frustraron por no poder llegar a tiempo, solo después tuvieron la oportunidad de asimilar que gracias a ese contratiempo habían salvado su vida. Te invito a que la próxima vez que conduzcas te relajes y adoptes esa actitud. Todo lo que pase en el camino es para mi bienestar aunque no lo parezca. Recuerda los otros actúan lo mejor que pueden. Es decir dan lo que tienen. Si alguien acciona de forma agresiva. Esa actitud, habla de lo que esa persona carga. Tú puedes decidir ver la oportunidad de brindarle una sonrisa desde la compasión.

Lo que sucede a tu alrededor es una señal del universo, puedes optar por no verla o por reflexionar respecto a la información que te ofrece. En ocasiones, encuentras personas que son el espejo que el universo utiliza para que veas lo que no te gusta en ti. Personas que se quejan con frecuencia o utilizan la crítica y el chisme; aquellas que se irritan u ofenden con facilidad. Esos momentos, son una oportunidad para que veas a la distancia que es lo que el universo te quiere mostrar de ti mismo. Esas emociones que te producen te ayudan a mostrar las heridas y hábitos en ti que hay que sanar.

Si las coincidencias te son agradables, analiza ¿Qué es lo que me ha gustado? ¿Quiero que se repitan más experiencias similares? ¿Porqué? ¿Para qué? Quizá al responderte estas preguntas descubras que lo que ahora posees una nueva pasión y que tu propósito ha cambiado. El universo entonces te envió las señales para que experimentaras lo que sentirías al vivir tu nuevo propósito o más experiencias como esas en tu día a día.

¿Qué tipo de personas, objetos y circunstancias deseas en tu vida? Lo primero es diseñarlo con claridad y abajo te pongo los links donde ya he escrito al respecto. Una vez que sabes los detalles de tu visión y el para qué deseas eso. Sigue visualizar cómo sería vivir esa faceta de tu vida. Como si tu versión del presente ingresara por unos minutos a tu cuerpo futuro. Se requiere sentir la emoción de lograr ese plan, de ver el beneficio o impacto que tu logro tiene para tus seres queridos y para la comunidad. Un amigo, recientemente me acaba de enseñar que más que sentir, se requiere obligar al cuerpo a experimentar los cambios físicos de aquella escena. ¿Cómo camina una persona así?  ¿Se te pone la piel de gallina por el frío? ¿Cómo es tu postura, tu espalda, tus hombros? ¿Estas relajado?

La mente no distingue entre lo que visualiza y pasa en la vida real. Cada vez que reproduces esa escena en tu mente, tu cuerpo se transforma, se hacen cambios y con la práctica tus células y tu cuerpo emitirán esa vibración. Tu te convertirás en lo que quieres atraer. Nada es casualidad. Todo esta ahí por una razón.

Si te interesa iniciar tu proceso de planeación te dejo los siguientes links de entradas pasadas que te apoyarán.

Vivir el otoño

Elegir nuestra propia ruta

Diseña tu vida

De la planeación a la acción

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