Todos poseemos creencias, ideas o pensamientos que asumimos como verdaderos; sin embargo, no existe una verdad absoluta. En el momento en que consideramos que poseemos la verdad absoluta, nos hemos cerrado, impedimos el crecimiento. El contacto con las otras personas, con sus creencias nos permiten reconocer las propias para poder analizar si contribuyen o no a nuestro bienestar. Nuestras creencias influyen en: hábitos, estilo de vida, forma de expresar el amor y el afecto, forma de trabajar, salud, y la forma en que vemos el mundo.
Aquello en lo que creemos, se convierte en un filtro por medio del cual percibimos lo que nos sucede día a día. Tus creencias te sanan. Si lo crees lo creas. Son frases muy reconocidas y utilizadas que contienen una gran verdad. Muchos hablan de la Ley de Atracción; pero pocos te dicen que de nada servirá cuanto repitas una frase, cuanto te visualices si continuas con creencias limitantes. Es el autoconocimiento el que nos permite revisar aquellas creencias que queremos elegir en nuestras vidas. Los pensamientos, son energía, son vibración. Tus creencias son lo que permiten que tu vibración, que tu señal al universo sea la que atraiga situaciones, objetos y pensamientos de la misma vibración.
Cada uno de nosotros, contribuimos y tenemos un impacto en quienes nos rodean. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de contribuir a impulsar el sentido de seguridad, la apreciación, la esperanza y el amor en nuestra comunidad. ¿Qué es lo que quieres ver afuera? Eso que deseas ver ¿Cómo puedes sentirlo en ti? Todos hablamos de salud y bienestar ¿Cómo puedo yo sentir en este instante que soy saludable? ¿Cómo puedo yo sentir que soy bienestar y prosperidad? Si yo soy el cambio que quiero ver en el mundo; entonces yo me ocupo de integrar creencias que me permitan experimentar la emoción de aquello que quiero. Yo tengo que poder creer que soy y poseo en mi aquello a lo que le voy a prestar atención.
Si pido algo, ya estoy partiendo de que no lo tengo. Si pido porque no lo tengo estoy en carencia y esa emoción atraerá más de eso. Cuando encuentras la forma de experimentar la emoción de lo que deseas. Esa es la señal que emites y que te permite conectarte con objetos, experiencias y personas que poseen la misma frecuencia. Una forma sencilla de hacerlo es conectar con la emoción de agradecimiento. No solo es dar gracias, es sentir la emoción de gratitud. Incluso puedes lograr experimentar la gratitud por aquello que visualizas en un futuro en tu vida y que sabes que ya es tuyo.
Un pensamiento negativo, una creencia limitante se traduce en una barrera que impide que obtengas lo que te mereces y anhelas; porque una parte de ti no lo cree posible. Todo pensamiento limitante, es energía que se encuentra en tu cuerpo. Si tu tienes un anhelo, intenta decir Yo soy y añade lo que deseas. Tu cuerpo te va a indicar los lugares de resistencia, tu cuerpo te va a mostrar las ideas, pensamientos y creencias que te impiden sentirte eso que deseas. Es entonces cuando puedes imaginarte que encapsulas esa energía, que la sacas de tu cuerpo y la elevas a algún lugar del universo para liberarla y dejarla ahí donde no puede afectar a nadie.
Por cada pensamiento negativo que descubras, trata de introducir al menos otras dos creencias que sean benéficas y positivas. Reemplazar nuestras creencias constantemente para poder acceder a todo lo que nos merecemos, implica revisar nuestra historia familiar. En nuestra familia compartimos muchas creencias que son resultado de la experiencia, miedos y heridas de otros. Implica revisar con honestidad todas aquellas mentiras que te has dicho y has convertido en verdad. ¿Cómo puedo hacerlo más fácil? Convive, lee, observa a otras personas. Propicia conversaciones profundas para que puedas conocer ¿Cómo ven la vida? ¿Qué creencias les permiten tener tranquilidad, paz, salud, amor?
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