Desarrollar una práctica de apreciación o agradecimiento hace posible veamos los momentos ordinarios de nuestra vida y los transformemos en extraordinarios. Albert Einstein afirmó “Solo hay dos maneras de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro”. Hoy en día hay números estudios del cerebro y las conexiones neuronales que indican que una persona que acostumbra quejarse activa ciertos patrones en las conexiones neuronales que impactan en su forma de ver el mundo. Lo contrario, también es cierto. Cuando elegimos actuar desde el agradecimiento y la apreciación se ven oportunidades y retos.
A menudo podemos encontrar que nuestros pensamientos comienzan a divagar en escenarios futuros catastróficos y con esos pensamientos llega la ansiedad y el estrés. En cuanto de percates de ello, comienza a vivir el momento presente. Concéntrate en tus sentidos ¿Qué escuchas?, ¿Qué percibe tu piel?, ¿Qué hueles?, ¿Qué ves? ¿Cómo está latiendo tú corazón? Una vez que has generado ese alto y has tomado el control de tus pensamientos, genera una práctica de apreciación.
Dar gracias es una forma efectiva de centrar nuestra atención en lo extraordinario que ya está en nuestra vida. Louise Hay, recomendaba conscientemente dar gracias por los objetos que nos rodean y hacen nuestra vida más cómoda y confortable. Puedes optar por agradecer por experiencias, objetos o personas en tu vida. Puedes propiciar por hacerlo en familia. Muchas veces podemos sorprendernos al escuchar a los más pequeños dar gracias por lo que esta en su vida. Podrías intentar reunir a la familia al finalizar el día, encender una vela y pedir que cada integrante de gracias por alguna persona, experiencia u objeto. Escuchar a otras personas durante la práctica de agradecimiento ayuda a generar sentimientos de paz, seguridad y abundancia.
También podrías optar por iniciar un diario de agradecimiento y escribir en él todos los días situaciones por las que has elegido mostrar tu agradecimiento. La posibilidad de tener agua caliente, una buena ducha, una siesta relajante, ver las estrellas, etc. Otra manera de practicar el agradecimiento es mostrar tu reconocimiento y apreciación a alguien más enviándole una nota, correo, mensaje o video en el que le hagas saber alguna cualidad que admires; su aportación en tu vida o algún otro momento que te sea significativo. ¿A quien no le agradaría saber que una acción propia impacto en la vida de otra persona? Podrías elegir todos los días mostrar tu agradecimiento a tres personas, quizá ese(a) profesor(a) que hace años te inspiró o cualquier otra persona que en tu vida haya sido significativa. Este es el momento para hacérselo saber.
Puedes dar gracias por este día o esta experiencia. ¿Qué te ha enseñado? Gracias a las fallas y los errores podemos ver lo que funciona o lo que debemos modificar.
Mientras más practiques la apreciación y el agradecimiento, notaras cambios en tu vida y en tu forma de ver el mundo. Intenta incorporar está práctica por más de 21 días y seguro que verás lo extraordinario en lo ordinario.
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