Últimamente, he visto imágenes que muestran a personas haciendo compras motivadas por el pánico o miedo extremo. ¿Qué hacer ante el miedo? Este post, tiene como finalidad brindar algunos consejos para que tus acciones no se dejen guiar por un futuro incierto o peor aún por el peor escenario que tu mente sea capaz de imaginar.
Las emociones, son las señales que en nuestra vida nos dicen que debemos revisarnos y hacer una auto reflexión. El miedo es una de las emociones básicas; desde tiempos ancestrales ayudaba a mantenerte con vida. En mi opinión, hay dos tipos de señales que recibe tu cuerpo. La primera es una señal que proviene de tu interior. Por ejemplo, si vas caminando, ves a una persona que viene por la misma acera y de repente escuchas o sientes que debes cambiar de acera. Esa voz, proviene de la intuición y a esa hay que hacerle caso. La intuición, es el resultado de un proceso en el que tu cuerpo analiza varias señales; señales que muchas veces para la razón no tienen sentido.
El miedo se produce por un pensamiento. Nuestros pensamientos pueden ser resultado de un proceso voluntario o involuntario. Son el resultado tanto de nuestras experiencias, como de los estímulos externos o las ideas de la colectividad. El miedo, puede experimentarse ante la presencia de un peligro real: como cuando frente a mi hay un animal furioso capaz de morderme. Así como, el miedo o pánico se sienten ante un peligro imaginario producto de mi mente. Por ello, anclarnos en el momento presente, en mi vida en este instante. Agradece por la salud, el bienestar, las experiencias y objetos de los que gozas en este momento en tu vida. Recuerda que este momento y los pensamientos que albergues y desarrolles son los que atraerán tu futuro. Este es el momento en el que construyes la realidad que deseas vivir.
Don Miguel Ruíz, escribió Los Cuatro Acuerdos, en donde describió que somos incapaces de ver la verdad; porque estamos ciegos. Nos ciegan las falsas creencias, que hacen que vivamos dentro de una bruma que no nos permite ver con claridad. Invita a hacerse cargo de las creencias que adoptamos y propone cuatro acuerdos: se impecable con tus palabras, no te tomes nada personalmente, haz siempre tu máximo esfuerzo y rompe viejos acuerdos. Hoy más que nunca, dejemos de crear la polaridad al pensar sólo en mi individualidad (yo, mío, de mí). Soy parte de una comunidad en un mundo que necesita de mí. ¿Cómo puedo ayudar? Ayudo practicando los cuatro acuerdos.
Primero, se impecable con tus palabras y acciones. Cuida tus pensamientos, tus acciones, tus hábitos. No reproduzcas imágenes o información que desencadena el miedo. Podemos elegir hablar de las cosas buenas que están sucediendo hoy mismo. Podemos centrar nuestra atención en lo positivo y no en los peores escenarios. No seas un eslabón más en la transmisión de ideas negativas. Se consciente que eres parte de una comunidad, si no necesitas de un artículo; no lo compres. Existen otras personas que lo necesitan y con tu acción que proviene del miedo, contribuyes a que se encarezca y escasee. Guía tus acciones, recordando buscar el beneficio para la comunidad y para el planeta. De nada sirve que por pánico compres artículos que no utilizaras.
Segundo, no te tomes las nada personal. Las personas actúan lo mejor que pueden desde su nivel de consciencia y creencias. Evitemos hacer suposiciones. Es una buena oportunidad para reflexionar en hábitos que teníamos de forma inconsciente, como la forma de saludar y la higiene. Podemos elegir, cambiar nuestros hábitos no desde el miedo; sino porque deseo mi bienestar. Es un buen momento para valorar el contacto físico y el cómo mostramos a una persona nuestra alegría por verla. Es una oportunidad para ser creativos. También, para centrarnos en la limpieza, la eliminación de toxinas y el bienestar, de nuestro cuerpo y ambientes. Podemos adoptar nuevos hábitos, como despejar áreas de la casa, incorporar plantas, cambiar el material que utilizamos para limpiar por otro más benéfico para nuestra salud y el ambiente. Incorporar en nuestro día a día alimentos como el jengibre y la canela o tomar al despertar agua tibia con vinagre de manzana y bicarbonato; porque son benéficos para nuestra salud.
Tercero, haz siempre tu máximo esfuerzo. Cuando puedas elegir, elige siempre dar lo mejor de ti. Actúa porque te gusta, porque va de acuerdo a tus valores y no porque esperes una recompensa a tus acciones. Ten generosidad contigo, seguramente los hábitos, la información en los medios y la rutina harán que sientas que te apartaste de tu intención. Perdónate y vuelve a intentarlo. ¿Qué tal, si hacemos nuestro máximo esfuerzo para mantenernos saludables, para contribuir al bienestar de mi comunidad y mantener la salud del planeta? ¿Qué tal si tu acción se suma a la mía y a la de muchos otros?
Cuarto, rompe viejos acuerdos. Busca tu libertad desde la consciencia. No permitas que tus acciones sean el resultado de lo que otros te sugieren o hacen. Elige tu de forma libre que es lo que quieres hacer. Se trata de que tu diseñes, tu vida, establezcas tus creencias y que elijas con base en lo que has conscientemente decidido. Recuerda que al elegir tenemos al menos dos opciones y que si elegiste sentir el miedo, esa fue tu elección. Descubre nuevas formas de mantener tus conexiones, envía tarjetas o mensajes agradeciendo a las personas por cualidades que admires. Pasa más tiempo con tus seres queridos, juega nuevos juegos. Conoce sus platillos, canciones y lugares favoritos. Lean un libro o vean una película y platiquen de ella.
Haciéndome cargo de lo que creo que puede ser el futuro; ayudo a detener la transmisión de la negatividad. Contribuyamos a vivir momentos extraordinariamente felices; a replicar imágenes de la naturaleza; a transmitir noticias positivas; a que como colectividad podamos dejar de hablar desde el miedo. Contribuyamos a crear una imagen de un futuro mejor.
0 comentarios
Trackbacks/Pingbacks