Recién paso el solsticio de invierno, la noche más larga del año. Conmemoremos el renacimiento de nuestra luz. La obscuridad es lo que permite que reconozcamos la luz. Carl Jung hablaba del arquetipo de la sombra, como el lado obscuro de nuestra personalidad. Todo aquello que nuestro consciente prefiere no reconocer, por las creencias aprendidas, heredadas o transmitidas de cualquier otra forma que nos hacen pensar que dichos instintos, emociones y pensamientos son «malos» o «negativos» y preferimos ocultarlos. El hecho de que no los traigamos a la luz, no hace que desaparezcan, solo están ahí como una herida sin sanar. El hecho de tener una sombra es algo normal, todas las personas poseemos luz y sombra. Es momento que abracemos nuestra sombra, la veamos con otro enfoque y la integremos para sentirnos completos.
Te explicaré, imagino que a ti también te enseñaron que sentir envidia era algo muy malo. Sin embargo, las emociones, no son buenas, ni malas. Son guías y señales que nos permiten conocernos mejor y guiar nuestro camino. Las emociones poseen una vibración y unas son más altas o ligeras – como el amor y la alegría-, otras más densas o pesadas -como la ansiedad o el miedo-. El hecho de experimentar la envidia, sirve para que te preguntes ¿Qué es lo que esa persona esta haciendo que yo quisiera hacer? ¿Qué hábitos, prácticas o creencias me impiden o limitan para hacerlo? Lo que intento decirte es que poniendo un poco de luz en la sombra puedes incorporarla a tu ser y obtener más.
Te voy a pedir que en este momento escribas en una hoja o hagas el siguiente ejercicio de forma mental. Describe fortalezas y debilidades de tu padre, de tu madre y las tuyas. Si te cuesta trabajo intenta completar la frase «mi padre es» y escribe lo primero que venga a tu cabeza. Cuando hayas completado tu lista. Obsérvala desde la unicidad. Todos provenimos de la misma fuente. Cada uno de nosotros experimenta la vida desde su esencia, pero en el origen somos uno. Tu, al igual que tus padres, responden a los acontecimientos de la vida a partir de creencias, conexiones e ideas que fueron heredadas, transmitidas y aprendidas. Es como si se corriera un programa y se estuviera repitiendo sin fin.
¿Quieres salir del bucle? Transmuta la emoción. Cambia esa emoción generada por la herida del patrón por otra emoción de más alta vibración, como el agradecimiento o la compasión. Revisa tu historia, sin caer en juicios, deshazte de tus expectativas y de la polarización. Vuelve a tu historia y acéptala como lo que fue; una serie de acontecimientos que permitieron que hoy poseas otra forma de ver el mundo y de enfrentar las circunstancias. El hecho de que estés leyendo estas líneas, implica que una parte de ti se cuestiona ¿Cómo puedo cambiar?¿Qué mas puedo hacer con esto? Agradece por la experiencia, por cada peldaño que te llevo a donde te encuentras. Esos sentimientos que aun te generen dolor o angustia tómalos y ponles la luz de la compasión. Imagina que los llevas a tu interior, y desde tu corazón envíalos transformados en aceptación y agradecimiento. Imagina que toda esa sombra, es la tierra en donde las raíces toman los minerales y nutrientes para que el árbol crezca. Esa sombra, es lo que te hace crecer.
Integra tu sombra, acéptate como eres con toda tu historia, para que surja la luz de esa experiencia y sabiduría, se un ser completo. Intenta practicar el ho’oponopono con la situación: perdóname por juzgar; siento haber tenido estas expectativas; gracias por haberme mostrado; te amo. Permite que tu luz, ilumine tu vida este nuevo año y sea inspiración para los demás.
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