En esta ocasión deseo abordar la importancia de iniciar nuestro día de forma consciente y de incluir prácticas que ayuden a nuestro bienestar. Hace algunos años yo era de las personas que iniciaba mi día escuchando una ruidosa alarma, apagando el botón de “snooze” del despertador y pidiendo 15 minutos más de cama. Era como si no quisiera salir de mi cama. Los días se iban atendiendo lo urgente, los imprevistos y viviendo en estrés.

Poco a poco fui leyendo y escuchando de los beneficios que aportaban algunas prácticas que compartiré contigo y fui modificando mi manera de iniciar el día. Hoy, elijó cómo quiero vivir mi día y la energía que deseo imprimir en él. En lo particular, las acciones que te comparto me ayudan a mantener una actitud positiva, a saber que estoy cuidando de mí, a equilibrar mis emociones y a centrarme en aquello que deseo. Cuando hay circunstancias estresantes en mi vida, cuento con mejores herramientas que antes para hacerles frente.

Acciones para iniciar el día y mantener una actitud positiva:

1.- Antes de abrir los ojos y de salir de tu cama, en el instante en que recobras la consciencia después de los sueños y recuerdas quien eres, da gracias. Agradecer es una forma de elevar nuestra vibración, de reconocer los milagros que ya están en nuestra vida, de mostrar aprecio por lo que vivimos y ya tenemos. Agradece por la salud, tu cuerpo, tu vida, por tu familia, por los objetos que te permiten disfrutar de experiencias placenteras, por el día cómo si ya hubiera finalizado y hubiera sido excelente, etc.

2.- Práctica una meditación, ya sea que permanezcas en cama o lo hagas sentado o sentada en otro lugar, medita. Existen muchas meditaciones guiadas en YouTube, Spotify y ahora la bocina de Alexa de Amazon también ofrece estas meditaciones. Meditar es una forma de aprender a escuchar nuestro ruido interior, de aprender a callar esa voz dentro de nuestra mente, de conectarnos con nosotros, reconocer lo que sentimos, y conectarnos con algo más grande. Meditar, también es una práctica que ayuda a trabajar con aquellos programas en tu inconsciente que deseas cambiar.

3.- Realiza acciones para tu cuidado personal, una recomendación es lavarse los dientes, ya que esta sensación ayuda a que permanezcas despierto. Procura tomar algún té o líquido que contribuya a tu salud, como: agua tibia con vinagre de manzana y bicarbonato; agua tibia con limón; té de jengibre y canela, etc. De esa forma, tu cerebro ya está registrando que estás haciéndote cargo de ti y que estas procurándote. Esa es una forma de autocuidado que envía el mensaje claro de que te pones en primer lugar.

4.- Práctica algún ejercicio, puede ser yoga, sentadillas, abdominales, la limpieza de tu casa. De esa forma también ya sabes que tu ya hiciste la actividad necesaria para tu bienestar.

5.- Escribe, inicia un diario en donde puedes registrar tus ideas sobre algún tema, tus inquietudes, las frases de algún libro que hayas leído, las ideas de algún autor que te hayan impactado, tus sueños, etc. Se trata de que puedas descubrir tu diálogo interior y que con el tiempo al releerlos puedas observar los cambios en tu vida.

6.- Escucha afirmaciones positivas. Las afirmaciones son una forma en que podemos introducir nuevos hábitos, creencias y patrones en nuestro inconsciente. En la actualidad existen muchas formas de practicarlas y encontraras temas tan variados como: salud, éxito, dinero, relaciones, etc. De igual forma, Spotify y YouTube, tienen muchas listas con afirmaciones.

7.- Visualiza. Tu cuerpo reacciona igual a lo que vives, que a lo que sueñas o creas con tu imaginación. Por eso es que al revivir un recuerdo doloroso produces las mismas substancias químicas que cuando tuviste la experiencia. Los atletas de alto rendimiento y las personas que desean alcanzar algún objetivo en su vida, primero lo visualizaron. Recrearon el proceso y la escena en su mente varias veces. Al hacerlo su cuerpo fue cambiando y desarrollando las conexiones neuronales y los químicos, como si lo estuvieran ya viviendo.

8.- Da. Nadie da lo que no tiene, por eso es importante que antes de atender a tus hijos, hijas y a otras personas, primero cuides de ti. Una vez hecho eso, ahora si, fija tu intención en el cómo puedes aportar valor a la vida de quienes te rodean; en cómo tus acciones y actividades de hoy pueden contribuir a los demás.  Puede ser, un agradecimiento por algo que hayan hecho o por alguna cualidad que aprecies. Quizá simplemente sea escuchar a otra persona compartirnos su experiencia, sus inquietudes. Quizá sea mantener orden en casa, preparar lo necesario para que las demás personas puedan atender sus clases y labores. Quizá sea sentarse con tu familia y hablar de cómo se sienten esta semana, de qué emociones han experimentado, de que aprendizaje han tenido.

Todos deseamos sentir que pertenecemos a algo, deseamos el contacto con los demás y la conexión. Al realizar alguno o todos los ejercicios que te propongo, estarás en condiciones más optimas de enfrentar las circunstancias que vengan en el día; tendrás un enfoque positivo y te será más fácil lidiar con el estrés. Es decir, los beneficios inician contigo; pero quienes viven a tu alrededor también los experimentarán. Me encantaría que comentaras si tienes otras formas de iniciar tu día y si te animaste a iniciar estás prácticas.