Albert Einstein, decía que no se puede resolver un problema en el mismo nivel en el que fue creado. En otras palabras, si hay un resultado que no te gusta en tu vida y quieres cambiarlo; se debe modificar el proceso que lo produce. Ello requiere nuevo conocimiento, pues es insensato seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado distinto. Están saliendo a la luz acciones que provienen del miedo, de la separación y la polaridad. Estamos viendo a la discriminación, a la violencia y al miedo. Ver aquello que no funciona o no nos gusta más es el primer paso para cambiar. Esas creencias que detonan acciones violentas, que propician la discriminación y la separación de los “otros”; ya estaban ahí. Si ahora vemos que el resultado de esas creencias es nocivo, entonces cambiemos.
Joe Dispenza, en su libro Deja de ser tú, nos explica cómo de manera inconsciente reproducimos programas, que aunado a nuestro entorno y hábitos se reafirman en un ciclo, que se reproduce una y otra, vez. Las crisis y los problemas nos ayudan a darnos cuenta que es necesario, cambiar, crecer y transformar nuestro interior. Lo primero es poner nuestra intención en cambiar. Al hacerlo es vital analizar nuestros hábitos, porque nuestro entorno y hábitos intentan detener el cambio y evitar que salgamos de la zona de confort. Por ello es indispensable, buscar nueva información, apropiarnos de ella, decidir a dónde queremos dirigirnos y realizar las acciones que nos acerquen a una nueva versión de nosotros mismos.
La naturaleza nos está mostrando que, en solo unas semanas, puede recuperar su grandiosidad. El aire, la tierra y el agua lucen más limpios. Los animales regresan a sus hábitats. Nos ha demostrado, que era falsa la creencia de que mi contribución no importaba o de que no había la posibilidad de rescatar el planeta. Estamos sanando, esta crisis nos esta permitiendo ver lo que antes no veíamos. Para sanar, el primer paso es reconocer y nombrar. Aquello que no se nombra, que no se reconoce, que se niega, no sana.
Si deseas ver resultados distintos en tu comunidad; entonces elige creencias que detonen acciones y hábitos distintos. ¿Dónde iniciar? ¿Cómo saber que creencias me benefician? Puedes iniciar por escuchar o leer a aquellas personas que comparten sus historias. Hay muchas que han compartido su aprendizaje, su crecimiento, las circunstancias que les rodearon y forjaron. Cada una de esas historias de vida es una muestra de que tú también podrás lograrlo. Busca e inspírate en aquellas personalidades que reúnan las características que sí deseas. Las circunstancias actuales no te definen a ti; no te dan un valor. Tu ya eres una persona valiosa. Tú mereces todo lo bueno, mereces el amor. Recuerda que posees una serie de dones y cualidades que te hacen única e irrepetible.
Recuerda la importancia de fijar tus objetivos y tener claridad en ellos. Recuerda que son los objetivos ambiciosos los que motivan la transformación. No importa que no los alcancemos, al intentarlo somos una mejor versión de nosotros mismos. Si las circunstancias que te rodean no son lo que deseas, agradece lo que vives porque te ofrece la oportunidad de conocer lo que no te gusta, de valorar y de diseñar con mayor claridad lo que deseas. Así que hoy podemos decir que estamos teniendo un gran aprendizaje como comunidad ya sabemos lo que no nos gusta. Ahora toca elegir que es lo que si queremos y descubrir que necesitamos hacer para alcanzar lo que deseamos.
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