Actualmente estoy escuchando un audiolibro de Matt Furey, «101 Ways to magnetize money in any economy» y otro narrado por él «Zero resistance selling. Psycho-cybernetics». Matt Furey, comenzó a entrenar y competir desde la edad de 8 años en las luchas de cuerpo a cuerpo. Fue entrenado por medallistas olímpicos. Posteriormente cambió de disciplina para practicar artes marciales y fue el primer hombre extranjero en ganar una medalla de oro y un título en China en el campeonato de kung fu. Actualmente es un coach, conferencista, emprendedor y empresario exitoso. Matt encontró que la constancia y disciplina de los entrenamientos físicos, mentales y la filosofía que había aprendido en los deportes se podía aplicar también en los negocios para obtener los resultados deseados.

Todas las personas que han destacado en algo, lo han hecho por el trabajo y esfuerzo que han puesto en alcanzar una mejor versión de sí mismos. Vender es una habilidad y se puede mejorar con ejercicios, técnicas, constancia y disciplina. Así como tu has logrado grandes éxitos y adquirido otras habilidades en tu vida, trabajar en tu técnica para vender y adquirir las herramientas correctas para ello te llevará a nuevos niveles. Estos son algunos de los puntos que el autor destaca para que logres tus objetivos:

Asi que despues de haberle escuchado describir las técnicas y procesos mentales de las personas dedicadas a las ventas, hoy apreció mucho más al vendedor capacitado. Ayer fuimos a comer a un restaurante y no pude evitar notar que la mesera hacia un extraordinario trabajo y entonces me percate que ella conocía los procesos y los explicaba en su trabajo. Nos recibió con una sonrisa, mientras se presentaba y nos agradecía por nuestra visita; hizo recomendaciones de acuerdo a lo que queríamos y observo nuestras necesidades (sugirió sabores y alimentos propios para una niña de 6 años), estuvo en todo momento presente. Al finalizar la comida, se acercó otra persona con la cuenta a preguntar si todo estaba bien, preguntó específicamente varios puntos para recibir retroalimentación y yo en específico elogie el servicio y atención de la mesera y le pregunté si recibían entrenamiento. La persona sonrío y me confirmó que el gerente del lugar les daba varios cursos y entrenamientos al respecto. Esa mesera se ganó una mejor propina y ese lugar unos clientes leales, porque apreciamos la calidad del servicio que ofrecen. Cuando salíamos el personal se despidio con gratitud. Durante toda nuestra estancia nos hicieron sentir esa calidez, se ocuparon de nosotros y mostraron gratitud por nuestra presencia.

Con este ejemplo, quiero animarte a buscar las herramientas y desarrollar tus habilidades para lograr mejorar en las ventas. Todas las personas en todas las profesiones vendemos algo, tus credenciales o identidad, tu servicio y tu tiempo. Tu tienes mucho que ofrecer a los demás, tu conocimiento, sabiduría y experiencia puede ayudar a otros a resolver problemas o a vivir la vida de forma más fácil. No todas las personas deciden adquirir o contratar un servicio basándose en el costo. Existen otros factores los lógicos y los emocionales, por ejemplo. Si tu aprendes a interpretar las señales de tus clientes, aprendes a pasar sus objeciones y resistencias para poder llegar al fondo de la creencia o punto de vista de donde proviene el rechazo; podrás ofrecerles algo que sea acorde a lo que quieren y a sus necesidades destacando los valores de lo que ofreces.