Ayer mi hijo dijo esta frase al tomar una decisión que lo hacia salir de su zona de confort. La frase me hizo reflexionar en cuantas cosas hay que desaprender, dejar de hacer y olvidar para poder evolucionar y desarrollarnos día a día. Ninguna de tus células existía hace 7 años, de alguna forma esa versión tuya ya no existe y todos los días hay algo tuyo que muere. También en muchas ocasiones debemos estar dispuestos a dejar atrás las etiquetas que habíamos construido de nosotros mismos o los proyectos que creamos y consolidamos; todo para poder crear algo más.

Siempre hay ciclos, el fin de un proyecto, rol o hábito es solo el inicio de algo más. ¿Has vivido alguna vez una experiencia que nunca imaginaste? Cuando tu frecuencia vibratoria cambia y tu energía atrae nuevas situaciones acorde a ella, comienzas a tener otro tipo di vida. Lo que estas viviendo es resultado de un salto cuántico, resultado de un crecimiento que hace que seas completamente distinta. Esa versión tuya anterior y la vida que hubiera experimentado esa persona, ya no existe.

Durante las últimas semanas he estado prestando mi energía a lo que yo creía era la conclusión de un proyecto que inicio en el 2019. Se trata de un libro, mi primero; algo que hace 5 años no estaba como un proyecto que yo visibilizara en el futuro. Es el resultado de mi propia experiencia y la intención de transformar el aprendizaje en sabiduría. La última revisión me dio la oportunidad de recordar quien fui yo hace unos años y justo cuando creía que terminaba un ciclo vi con claridad que estaba iniciando otro. Esta etapa que yo consideraba la final, resulto ser el inicio de muchas otras. Pues ha sido un tiempo de gran aprendizaje de plataformas, tecnología y crecimiento en áreas totalmente nuevas para mi. El poder terminar con la publicación y recorrer cada paso ha impulsado que incluya nuevo conocimiento, haciéndome distinta.

Así que hoy quiero invitarte a ver la dulce muerte de nuestras versiones antiguas para dar paso a la evolución a la nueva versión de ti. Quiero invitarte a pensar ¿Qué hacías hace siete años? y darte cuenta de que hoy ya no eres esa persona. Si tu estas leyendo esto muy seguramente puedes sentir satisfacción del trabajo que has hecho en ti, reconoce todo tu trayecto, tu historia y goza tu mérito. El sol renace cada día, hazlo tu también.