Podemos observar que nuestro entorno se transforma conforme pasa el tiempo.  En la naturaleza percibimos las estaciones: primavera, verano, otoño e invierno.  En tiempos antiguos se seguía el paso del sol y de la luna a lo largo de estas. Incluso muchas de las festividades que hoy en día celebramos, se remontan a tiempos ancestrales y al culto al sol o la luna. Las mujeres poseemos un ciclo natural que esta estrechamente vinculado con la luna. La autora Miranda Gray, en el libro Luna roja, describió las cuatro energías por las que la mujer atraviesa durante su ciclo menstrual: doncella, madre, hechicera y bruja.

Podemos utilizar los ciclos, para reconocer en que momento o etapa nos encontramos. En el camino iniciático se utilizan los arquetipos del guerrero, mercader, sacerdote y mago. Cada uno con sus características, habilidades, retos y propósito.  Matías de Stefano, sugiere cuatro procesos que sustentan nuestra realidad: expresión, experimentación, integración y trascendencia.

Constantemente estamos cambiando, a veces vivimos etapas de introspección y otras de expansión. Cada una de nuestras habilidades o áreas vive estos procesos en el tiempo. Por ejemplo, puede ser que surja en ti una necesidad de buscar información, posteriormente tratas de poner en practica eso, recuperas tu experiencia y su sabiduría; para hacer propio todo y reconocer lo que no habías visto y entonces pude ser que surja un deseo de compartir ese aprendizaje. Esos procesos pueden verse igual en otras áreas, tal vez en un momento de tu vida el área familiar se encuentre solida y robusta, pero estes concentrado en prestar atención a tu desarrollo profesional.

En esta ocasión, quiero traer tu atención a la necesidad de ir a tu interior y analizar en las áreas de tu vida como familia, desarrollo profesional, salud, comunicación, espiritualidad, conexiones, etcétera ¿En qué tiempo te encuentras?

Quiero que recuerdes que estos cuatro tiempos conforman un proceso y posteriormente se inicia otro. Todo esta en movimiento, estas circunstancias presentes también pasaran. Depende de ti el darle un sentido a lo que estas experimentando.

El cambio es una constante. Algunas veces la vida nos invita a reinventarnos. No es necesario iniciar desde cero en todos los aspectos. ¿Qué esta funcionando en mi vida? ¿Qué puede mejorar? ¿Qué debo dejar de hacer? ¿Qué debo cambiar?¿Qué debo aprender o incorporar? Tu tienes una estructura que te permite mostrarte de una forma y atender ciertas necesidades. Esa estructura, con una reprogramación podrá servirte para atender a una nueva necesidad y para encontrar otra forma de compartir tus habilidades o mostrarte e los demás?

Aprende a amar tus procesos y cambios. Disfrutemos de cada etapa, de cada reto y de la posibilidad de adquirir esa sabiduría. Hoy caminaba con mi hija en el parque y ella me comentó – pensaba que este parque era más grande-. Me pareció una excelente oportunidad para decir que su percepción había cambiado porque ahora ella era más grande. De la misma forma, llegan retos a tu vida, que al principio parecen inmensos. Nada llega a ti que no puedas resolver, pide guía, herramientas y conocimiento; proponte descubrir para qué es la experiencia. Una vez que adquieres ese conocimiento o sabiduría, diviértete poniendo lo en práctica hasta que tengas la certeza de que tu estrategia funciona. Esa sabiduría es tuya y la siguiente vez que veas ese reto será ya algo normalizado. Tu habrás crecido.

Te propongo hacer la respiración del cuadrado integrando la imagen de las estaciones y sintiendo el paso de cada una de ellas por tu cuerpo mientras en 4 tiempos  respiras, retienes, exhalas, contienes la respiración para después hacerlo de nuevo.